¿Qué contiene un detector de gas moderno?

Los detectores de gas modernos son instrumentos de medición portátiles y muy móviles. Su tamaño y peso permiten sujetarlos con la mano o incluso colgarlos de una prenda de vestir. Los técnicos de mantenimiento utilizan detectores de gas portátiles para localizar una fuga en un sistema de gas cuya estanqueidad parezca estar comprometida. Esto se aplica a cualquier tipo de sistema de combustión de gas combustible, como propano, metano, isobutano, GLP y otros hidrocarburos. Estas instalaciones pueden utilizarse para la calefacción de edificios y residencias, pero también para hornos, motores de combustión interna, incineradoras, centrales eléctricas, etc.

Diferentes tecnologías de detección de gases combustibles

Los sensores detectores de gas pueden utilizar varias técnicas para responder a la presencia de un gas combustible. Cada una de estas tecnologías se utiliza en distintos ámbitos en función de sus especificidades, cualidades e inconvenientes:
 

• Los sensores semiconductores son los más utilizados por los técnicos de climatización. Su resistencia eléctrica cambia al entrar en contacto con un gas combustible. Se trata de un sistema sencillo y muy sensible, que resulta muy rentable. Sin embargo, su sensibilidad puede variar a veces bajo ciertos extremos de humedad y temperatura, o en presencia de altas concentraciones de algunos otros gases no combustibles. 
   
• Los sensores infrarrojos son más avanzados. Miden la absorción de luz infrarroja por determinadas moléculas de gas. Su ventaja reside principalmente en su larga vida útil y su inmunidad casi total a cualquier interferencia ambiental: otros gases, temperatura, humedad, etc. Sin embargo, su complejidad los limita a aplicaciones fijas muy exigentes en edificios industriales críticos (plantas químicas, producción de energía, hornos, etc.).
   
• Los sensores catalíticos se utilizan especialmente para gases explosivos. Constan de dos filamentos (perlas) de platino o paladio, uno de los cuales está aislado para servir de testigo. En presencia de un gas combustible, el otro filamento se somete a una reacción de oxidación que aumenta su temperatura. El diferencial de temperatura da lugar a un diferencial de tensión que señala la presencia de un gas inflamable. Estos sensores son rápidos y sensibles, pero tienen una vida útil limitada y pueden contaminarse con determinadas sustancias químicas del ambiente.

Características necesarias en un detector de gas moderno

Los detectores de gas más modernos están equipados con varias características esenciales para facilitar su uso y mejorar su eficacia:

Una sonda flexible permite llegar a los rincones más pequeños de un sistema de gas. Los conductos de gas pueden discurrir por detrás de las instalaciones o por espacios de muy difícil acceso, y sólo una sonda flexible puede sortear los obstáculos para llegar a estos rincones más inalcanzables.

Una sonda con una sensibilidad muy alta puede detectar incluso las fugas más pequeñas. Debe mantener especialmente una alta sensibilidad para varios tipos de gases combustibles, desde el propano hasta el metano, pasando por el GLP, el isobutano y muchos hidrocarburos.

Una alarma visual y sonora alerta al usuario en cuanto se detecta un gas. Se recomienda encarecidamente la presencia de estas dos alarmas, para que la alarma acústica pueda oírse en entornos muy iluminados en los que la alarma visual puede no ser suficientemente visible. La alarma visual permite hacerse notar en un entorno industrial muy ruidoso donde la alarma sonora quedaría tapada por el ruido ambiente.

Detección de gases combustibles en sistemas HVAC y calderas

Los sistemas de gas más numerosos del mercado son los sistemas de calefacción HVAC. Hablamos de las calderas de gas, las más modernas de las cuales son calderas de condensación con un rendimiento de combustión muy elevado. Están presentes en apartamentos y residencias domésticas, pero también en versión más potente en edificios terciarios, industrias y edificios públicos.

Estos lugares son especialmente críticos para la seguridad de sus ocupantes, ya que pueden ser muchos. En caso de incertidumbre sobre la estanqueidad del circuito de gas, es imperativo que los técnicos de mantenimiento recorran todas las tuberías presentes para detectar la más mínima fuga. Las instalaciones más sensibles (centrales eléctricas, fábricas, museos, etc.) deberían incluso estar equipadas con detectores de gas fijos en zonas permanentemente vigiladas.

Además, la detección de fugas de gas permite evitar cualquier derroche para reducir la factura energética y la contaminación atmosférica. 

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