Los Manifolds son manómetros digitales utilizados principalmente en los sectores de la refrigeración, el aire acondicionado y las bombas de calor. Estos manómetros digitales de refrigeración miden la presión y el vacío, y se combinan con sondas de temperatura para medir el recalentamiento y el subenfriamiento de más de cien gases refrigerantes.
El Manifold es mucho más que una herramienta de medición: es un dispositivo esencial para diagnosticar, reparar y optimizar sistemas de aire acondicionado, refrigeración y bombas de calor. Todo ello con precisión, rapidez y fiabilidad.
En pocas palabras, esta herramienta de refrigeración es una navaja suiza para los sistemas HVACR que utilizan circuitos de gas refrigerante. Esta herramienta es aún más eficaz si se trata de un manifold, es decir, digital. El Manifold electrónico es indispensable para una amplia gama de tareas, desde la puesta en servicio de nuevos sistemas hasta el mantenimiento preventivo, la localización de averías y la reparación.
¿Cuáles son las aplicaciones de un Manifold digital?
Cuando se instala un nuevo sistema (puesta en servicio), el Manifold electrónico y sus sensores de temperatura pueden utilizarse para comprobar de forma rápida y precisa que la presión y la temperatura del refrigerante cumplen las especificaciones del fabricante. También facilita la purga de aire y humedad del circuito de refrigerante, garantizando que el sistema funcione con una eficiencia óptima.
En cuanto al mantenimiento preventivo, el Manifold permite realizar comprobaciones periódicas de la presión y la temperatura, de modo que cualquier anomalía pueda detectarse antes de que se convierta en un problema grave. Además, el manifold puede ayudar a identificar una fuga de refrigerante gracias a sus mediciones de presión. Para localizar fugas de refrigerante, es muy recomendable utilizar un detector como el Si-RD3.
A la hora de localizar y reparar averías, el Manifold proporciona un diagnóstico preciso, sobre todo si está conectado a una aplicación móvil que incorpore un sistema ADD. Comparando las mediciones de presión y temperatura del Manifold con los valores nominales del sistema, es posible identificar rápidamente el origen del problema, ya sea una fuga, la falta de fluido o una avería del compresor. El Manifold también permite recargar el refrigerante en cantidades precisas. Tras una reparación, el colector permite comprobar que el sistema funciona correctamente y que los parámetros se ajustan a las normas.
El Manifold también es útil en determinadas situaciones específicas. Por ejemplo, para los sistemas que utilizan refrigerantes inflamables, el Manifold es esencial para la manipulación segura de estos fluidos gracias a sus válvulas de seguridad. Para sistemas de refrigeración más grandes, existen colectores especiales con manómetros y termómetros adecuados. Y para los sistemas de refrigeración con varios circuitos en cascada, los Manifolds pueden utilizarse para medir la presión y la temperatura de cada circuito de forma independiente, lo que facilita la localización y reparación de averías.
¿Cómo funciona un Manifold?
Para entender mejor cómo funciona un manifold, le recomendamos que lea nuestro artículo en el que explicamos el funcionamiento de una bomba de calor (aplicable a aires acondicionados y sistemas de refrigeración en los que simplemente se invierte el circuito).
Este equipo de refrigeración está formado por varios componentes para cumplir las tareas para las que está diseñado:
En su interior se encuentran los sensores de presión. Cumplen la primera función de un Manifold: la de un manómetro preciso, lo suficientemente robusto como para medir presiones muy altas y muy bajas. El manómetro de baja presión controla la presión del refrigerante en el lado de aspiración del compresor, donde el gas se encuentra en estado de vapor a baja presión (frío). El manómetro de alta presión controla la presión en el lado de descarga del compresor, donde el gas se encuentra en estado de vapor a alta presión (caliente).
Otro componente muy importante de los colectores son las válvulas de conexión. Éstas conectan el colector a los distintos puntos del circuito cerrado de la bomba de calor, el aire acondicionado o el sistema de refrigeración, en el lado del evaporador o del condensador.
Los manifolds modernos también incorporan dos termómetros, que miden la temperatura del refrigerante. Es esencial medir la temperatura de recalentamiento y subenfriamiento, para saber si el gas refrigerante está ciclando de forma óptima entre sus diferentes estados. Esto es esencial para analizar el estado del sistema e identificar cualquier problema. Ambos termómetros utilizan la tecnología de medición por termopar, que admite rangos de temperatura muy amplios. Además, un buen colector permite medir la diferencia significativa entre las dos temperaturas sometidas a prueba al mismo tiempo que las presiones, para reducir el tiempo de intervención del operario.
También se puede añadir un vacuómetro opcional, para medir el vacío en el circuito de gas refrigerante durante las operaciones de vaciado, comprobación de fugas y sustitución de gas tras una reparación (normalmente para sellar una fuga). El vacuómetro suele medir el vacío en el circuito antes de una recarga de gas, para garantizar que no queda aire ni humedad. La presencia de aire reduciría la eficacia del sistema, y la humedad es perjudicial para el compresor.
Los manifolds son, por tanto, una de las herramientas más sofisticadas del mundo de la climatización, pero son robustos y, sobre todo, fáciles de usar.
¿Cómo elegir el manifold adecuado?
Los manifolds han avanzado mucho en los últimos años. Sus principales cualidades han mejorado mucho, sobre todo desde la llegada de la tecnología digital para apoyarlos:
La ergonomía, el tiempo de respuesta y la facilidad de conexión de los distribuidores son muy importantes. Los usuarios necesitan poder optimizar sus tiempos de puesta en servicio y mantenimiento, sin comprometer la fiabilidad de sus operaciones. Aquí es donde entra en juego la tecnología digital, que permite al técnico aprovechar las ventajas de las mediciones simultáneas y automáticas, la ayuda al diagnóstico y la posibilidad de registrar las mediciones en informes detallados para comprender mejor el estado de funcionamiento del sistema a lo largo del tiempo.
La conectividad digital también permite ir más allá, conectando el manifold directamente a una balanza de carga para automatizar con gran precisión la cantidad de gas inyectado o evacuado del circuito cerrado de gas refrigerante. De este modo, las operaciones de puesta en marcha y reparación son mucho más rápidas y fiables.
La precisión y fiabilidad de los sensores de presión y temperatura son esenciales para garantizar un diagnóstico válido de la instalación. Además, los sensores de temperatura del colector deben tener una gran capacidad de reacción para proporcionar un resultado fiable lo antes posible, con el fin de no ralentizar el trabajo del técnico.
A continuación, la robustez y la durabilidad del aparato son esenciales, en particular para los componentes sensibles del manifold, como sus sensores de presión y sus válvulas de conexión, que deben estar equipadas con válvulas capaces de soportar numerosas manipulaciones y conexiones sin perder su estanqueidad (las fugas están absolutamente prohibidas). La carcasa del producto también debe estar fabricada con materiales resistentes a los golpes, la corrosión y las variaciones de temperatura, sin dejar de ser fácil de sujetar.
Como los gases refrigerantes actuales son muy potentes en cuanto a su efecto invernadero, están sujetos a una normativa muy estricta destinada a evitar cualquier dispersión en la atmósfera. Por ello, los manifolds deben ser especialmente fiables. Los nuevos sistemas de aire acondicionado y bombas de calor utilizan actualmente nuevos gases refrigerantes, como el CO2, que sustituirán progresivamente a los sistemas actuales con el fin de proteger el medio ambiente reduciendo drásticamente su impacto sobre el efecto invernadero.