En la actualidad, todos los edificios modernos y modernizados están equipados con una red de ventilación completa para renovar su aire interior, gestionando al menos sus dos parámetros principales: la temperatura y la higrometría. Este sistema de ventilación se construye en torno a una unidad de tratamiento de aire (UTA), que centraliza los equipos necesarios para hacer circular el aire y gestionar sus parámetros.

Aquí es donde entran en juego los transmisores de Sauermann. Controlan constantemente la calidad del aire que sale de la UTA. Además de la salida de las UTA, los transmisores también pueden controlar el aire que entra en las habitaciones del edificio. Estos instrumentos fijos garantizan una alta fiabilidad en el funcionamiento continuo y una gran precisión de medición. Pueden transmitir sus datos de medición a una estación central de supervisión informatizada para ajustar el flujo de aire o activar alarmas en caso de problemas con los parámetros de suministro de aire de la UTA del edificio

El control de la calidad del aire interior también es necesario en las zonas que suelen estar ocupadas por personas. Este tipo de medición se realiza con registradores de datos, que tienen la ventaja de ser completamente autónomos y pueden colocarse en cualquier lugar con facilidad.

La mayoría de los edificios públicos, oficinas y escuelas pueden contar con controles ocasionales, pero deben ser regulares y abarcar varios días de actividad. A veces, estos controles se programan para comprobar que la calidad del aire interior cumple determinadas normas de protección de la salud y la seguridad de los ocupantes.

Algunos gestores de edificios públicos sensibles prefieren garantizar un control permanente del aire interior en determinados espacios ocupados. Este es a veces el caso de las guarderías y las escuelas, y de otros establecimientos que acogen a personas mayores o en condiciones frágiles. Los registradores de datos también se prefieren para este tipo de monitorización por su larga duración de la batería y su comodidad de uso.

Para la puesta en marcha o el diagnóstico de mantenimiento de los sistemas de ventilación, los dispositivos portátiles son los instrumentos favoritos de los profesionales de la climatización. Les proporcionan mediciones fiables en la palma de la mano con herramientas móviles que ofrecen una fiabilidad a toda prueba. La supervisión de la calidad del aire interior es una parte esencial de este tipo de actividad, estrechamente vinculada al buen funcionamiento del sistema de climatización interior. También puede intervenir en el ámbito de las inspecciones destinadas a verificar si la gestión del aire interior cumple la normativa vigente.

En el marco de este tipo de control, la medición de los niveles de CO2 es especialmente relevante. Permite determinar si el aire interior se renueva suficientemente con el sistema de ventilación. Esta tasa de renovación del aire afecta directamente a la concentración de contaminantes, bioorganismos y gases nocivos.